El resfriado es una infección viral aguda del tracto respiratorio que a menudo cursa con inflamación de las vías aéreas altas (nariz, laringe, tráquea...).
Los síntomas más comunes suelen ser estornudos, rinorrea, picor de garganta, congestión nasal y malestar general; en los días sucesivos suele espesarse el moco e incluso puede hacerse más purulento y con ello la aparición de una tos más irritativa. El resfriado en sí no produce fiebre, pero sí puede dar lugar a infecciones bacterianas secundarias, debido a la afectación de la actividad mucociliar, dándose bronquitis, neumonías u otras infecciones.
El virus de la gripe provoca un cuadro brusco de fiebre sin necesidad de estas infecciones secundarias, aunque éstas también pueden surgir como en un resfriado común.