Llega el verano y en nuestra consulta de dietética nos preguntan por cuál puede ser una dieta adecuada para esta época de altas temperaturas.
Este calor hace conveniente modificar nuestros hábitos alimentarios pero es sencillo si seguimos unas directrices básicas para lograr una dieta sana y equilibrada, siguiendo los consejos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, lo primero es respetar una serie de precauciones en esta época estival:
- Lavarse bien las manos antes y después de cocinar y comer.
- Los alimentos crudos deben estar separados de los cocinados.
- Los alimentos han de estar bien cocinados, para que no queden crudos, asegurándose de que sopas y guisos alcancen el punto de ebullición.
- Los alimentos no deben descongelarse a temperatura ambiente.
- Consumir al menos 2 litros de agua y el agua que se use para cocinar deberá ser potable.
- Habrá que prestar especial atención al consumo de pescado crudo, congelándolo previamente durante al menos 72 horas a -20ºC.
Respecto a los alimentos más adecuados, son recomendables, principalmente, aquellos que aporten un contenido alto en agua y fibra, que mantengan a nuestro organismo hidratado, limpio y sano.
- Ensaladas: frescas y sabrosas, son ideales en esta época. Pueden ser elaboradas con gran variedad de verduras y hortalizas, como lechuga, pepino, tomate, pimiento, zanahoria, cebolla, pimiento, coliflor, escarola, judías, espinacas, constituyendo un plato muy nutritivo por su elevado contenido en vitaminas, minerales, fibras y antioxidantes. Las realizadas con pasta y arroz son también fuente de aporte energético y de fibra.
- Fruta: suponen una de las mejores alternativas para una dieta adecuada en verano, ricas en agua, fibra, vitaminas y minerales, también son ideales para hidratarse por su gran contenido en agua.
Las frutas típicas del verano como la sandía, el melón, los melocotones, las ciruelas, los albaricoques o las cerezas, ayudan a mantener un equilibrio electrolítico correcto.
- Pescado: el pescado azul, que por su contenido en ácidos grasos esenciales que ayudarán a regular el colesterol del organismo.
- Sopas frías y cremas: preparadas a base de diferentes verduras y cereales o patata, pueden refrescar y alimentar siendo platos ricos en nutrientes, fibra y antioxidantes. Un claro ejemplo es el gazpacho y la vichyssoise.
- Agua, zumos, bebidas refrescantes: las altas temperaturas obligan a mantener el organismo bien hidratado, como hemos comentado dos litros de agua es una cantidad adecuada, para evitar deshidrataciones. Los zumos son ricos en vitaminas y minerales y no son hipercalóricos, bebidas refrescantes como la horchata, le leche merengada, granizados, batidos y helados, son muy apetecibles pero deberemos controlar su ingesta para ser alimentos más calóricos.
Por lo tanto, seleccionando los alimentos convenientemente podemos nutrirnos e hidratarnos de una manera correcta también en verano.